¿Alguna vez has sentido que tu peor enemiga eres tú misma? 

Esa parte de ti es tu crítico interno, y todas lo tenemos. Me refiero a esa parte de tu personalidad que está empeñada en sabotear, menospreciar o dilapidar todo lo que haces, dices o intentas, especialmente si es algo nuevo o importante para ti. O quizá tu crítico personal se dedica a ponerte verde sin motivo aparente, especialmente ciertos días del mes. Lo que quizá no sepas es que este (o esta) tocanarices de la que sé que te gustaría deshacerte para siempre está estrechamente relacionada con tu ciclo menstrual. 

Sí, como lo oyes. Hay fases de tu ciclo en las que es normal (e incluso lógico) que aparezca tu crítico interior, y otras en las que no es tan provechoso y por tanto debemos tener estrategias para llevarlo mejor. 

El problema es que si le permitimos al crítico campar a sus anchas puede causar estragos en nuestra autoestima y en nuestra salud mental, espiritual y creativa. Y no queremos eso. 

Así que, si quieres aprender a gestionar a tu crítico interior para que deje de hacerte la vida imposible, ¡sigue leyendo porque este artículo es para ti!


La fase premenstrual: el hogar natural del crítico interno

 

Nuestro insidioso crítico interno está muy relacionado con el ciclo menstrual, y concretamente con la fase premenstrual u otoño de nuestro ciclo. Alexandra Pope, mentora de Red School, fue la primera en explicar que el hogar natural del crítico interno es la fase premenstrual, ¡y cuánta razón tiene! 

Si tu crítico interno aparece durante tu fase menstrual o preovulatoria, fases en las que te sientes un poco más “tiernecita” de lo normal, no resulta provechoso ni productivo. De hecho, si aparece en estas fases tu crítico es más un abusón que otra cosa. Me explico:

  • La fase menstrual es un momento sagrado del ciclo en el que es natural sentirse vulnerable, indefensa y tener necesidad de recogimiento. Es decir, que las críticas no son necesarias ni útiles en este momento. Es un momento de autocuidado y de recargarnos para afrontar el siguiente ciclo con toda nuestra energía.
  • La fase preovulatoria se caracteriza por una cierta ternura, en el sentido de falta natural de madurez (acabamos de salir al mundo tras estar en la cuevita menstrual) que no se beneficia de las críticas salvajes. Piensa que el arquetipo de la preo es la doncella o mujer joven, y ahora imagina que a esa tierna niña la ponen verde. No es muy útil, ni siquiera justo, ¿verdad? 

En cambio, la fase premenstrual es un momento de edición, de maduración, de recoger la cosecha de todo el ciclo y prepararnos para el invierno metafórico (la fase menstrual). La premen es un momento de revisión de todo el ciclo anterior, y por tanto, una cierta dosis de autocrítica o de perspectiva es útil e incluso necesaria. 

Vale Paula, me dirás, pero ¿cómo lidio con esa fuerza destructora que me machaca mes a mes, por mucho que sea normal tenerla?¿Cómo hago para usar esa voz a mi favor, o como mínimo gestionarla sin volverme loca o minar mi autoestima? 

Sigue leyendo, que te lo cuento todo. 

 

5 estrategias para gestionar a tu crítico interno

 

A continuación te presento mis trucos, consejos y estrategias favoritos para lidiar con esa parte «oscura» de nuestra psique que a veces nos trae por el camino de la amargura:


1. Conciencia, conciencia y conciencia

 

Suena obvio, pero el primer paso para poder gestionar algo es saber que existe y ser capaz de identificarlo. Pero cuando hablo de tener conciencia de tu crítico interno, me refiero a adquirir una comprensión mucho más profunda que te permita trabajar con él.

Me refiero a adquirir conciencia de su:


Existencia.

 

Ahora ya sabemos que es normal tener un crítico interno y eso lo cambia todo, porque dejamos de sentirnos inadecuadas o bichas raras. Con la práctica vamos aprendiendo a  identificar su voz y a separarla de la nuestra, cosa recomendable porque ayuda mucho a no dejarnos llevar por sus insidiosas críticas y por tanto a gestionarlo mejor (si aún no estás en ese punto no te preocupes, sigue practicando y poco a poco será más fácil).

Para conseguir esto también es muy útil crearte un personaje que identifiques con tu crítico interno (Enseguida te hablaré de este truco).


Del momento de nuestro ciclo en el que se hace notar.


También sabemos que es normal que nuestro crítico interno aparezca para complicarnos un poco la vida, especialmente en la fase premenstrual.

El siguiente paso es preguntarnos cómo se comporta nuestro crítico personal durante el ciclo: ¿suele hacerse fuerte durante la premen, como decimos, o prefiere hacer sus apariciones estelares durante otras fases del ciclo? Detectar sus patrones de comportamiento te puede llevar algunos ciclos, así que no te apresures pero empieza a observarte (por cierto, para detectar estos patrones es básico hacer seguimiento de tu ciclo, aquí tienes una ayudita gratis para ponerte a ello).

Y si en tus pesquisas descubres que tu crítico interno se presenta en fases en las que no es bienvenido, haz como Gandalf y dile que no puede pasar: hazle saber que no es útil en este momento concreto y que ya hablaréis en unas semanas cuando estés en tu premen. 


De su función.


Aunque no te lo creas, tu crítico o crítica interna tiene una razón de ser. 

Tu crítico interno está ahí para mantenerte encaminado y su trabajo no es ser agradable o amable. Su trabajo es hacerse escuchar. Y a veces sus verdades son difíciles de oír, lo sé. Lo importante es no dejar que se venga arriba, que nos hable mal…es decir, que domine nuestras mentes y en consecuencia nuestras vidas. 

Digamos que tiene su papel en el asiento de copiloto o incluso en el trasero, pero nunca puede llevar el volante, ¿vale?

 

2. Usa el humor

 

Está claro que saber que todas tenemos un crítico interno y que su existencia es inevitable ayuda a llevarlo un poco mejor, ¿no? 

Pero podemos ir un paso más allá y utilizar el humor para contrarrestar el catastrofismo que caracteriza a tu crítico. ¿Qué tu crítico interno es un exagerado? Pues nosotras más: 

Un ejercicio muy bueno – ¡y divertido! – es construirle a tu crítico un personaje lo más cómico, esperpéntico y ridículo que puedas. No escatimes en detalles:

¿Cómo se llama?

¿Cuál es su postura corporal?
¿Qué ropa lleva?
¿Cómo habla?
¿Qué frases te dice siempre?

Esto ayuda a restarle importancia y poder de una forma muy divertida. ¡Incluso puedes dibujarlo! (por favor, si haces esto enséñamelo y nos echamos unas buenas risas juntas).

Otro buen truco es apuntarte las frases o temas que más repite para identificarlas en cuanto pasen por tu cabeza.

 

3. Observa sus críticas

 

Como te decía arriba, tu crítico interno, por muy desagradable que nos resulte, tiene una función. Por eso, y porque negarse a escucharlo tampoco suele dar resultado, es interesante escucharle – un poco – de vez en cuando, preferiblemente durante la premen, y creerte un 5% de todo lo que dice.

Esto supone practicar el sentirte cómoda con la autocrítica, y echar un vistazo a las áreas de tu vida donde sientes que hay cambios que hacer. Es muy probable que tu crítica te dirija hacia ahí, pero con una narrativa tan exagerada e incluso cruel que pierde su poder constructivo. 

Por eso, en lugar de hacer oídos sordos, es interesante preguntarte qué parte de verdad esconden las dramáticas palabras de tu crítico:

? ¿Qué está tratando de decirte tu crítico interior?

? ¿Qué es lo que te cuesta escuchar?

Veámoslo con un ejemplo. Imagínate que cuando se acerca mi premen mi crítica interior empieza con la cantinela de la productividad: me dice que soy una desorganizada, que no he conseguido ni la décima parte de lo que quería hacer este mes y que por tanto soy una fracasada mientras todo el mundo lo peta y que nunca voy a conseguir esas cosas que anhelo. 

Aquí es nuestro trabajo discernir, ver lo que nos sirve y lo que está fuera de madre. Siguiendo con el ejemplo, ella quizá tenga razón en que me gustaría ser un poco más organizada, pero eso no quiere decir que yo sea un desastre, que siempre la cague o que yo sea la única persona en este mundo que pierde el tiempo de vez en cuando. ¿Ves la diferencia? 

Una vez hayamos identificado esa mínima parte de realidad que nos presenta nuestro crítico, podemos ponernos en marcha para mejorar esas áreas de nuestra vida que nos preocupan, mientras “negociamos” con nuestra voz crítica. Por ejemplo, siguiendo con el ejemplo anterior, podemos decirle a nuestra crítica algo de este estilo: 

“No soy perfecta, pero estoy abordando este problema y haciéndolo lo mejor que puedo con los recursos y el tiempo que tengo”

Importante: la premen es un momento muy bueno para editar tu vida, pero no te pongas a iniciar cambios y a intentar mejorar todos los aspectos de tu vida durante tu fase menstrual. Durante el invierno de tu ciclo lo mejor es tomar nota de lo que te surja, coger fuerzas y pasar a la acción durante el ciclo siguiente.

 


4. Sé tu mejor aliada

 

Una estrategia que me encanta para gestionar al crítico interno (y para la vida en general, en realidad) es la de aprovechar las fases de tu ciclo menstrual en las que te sientes más fuerte o resiliente para ayudarte en aquellas en las que te sientas más vulnerable. Es como si tu yo del pasado te echara un cable, ¿puede molar más?

Para conseguir dominar a nuestro crítico con esta estrategia la clave está en utilizar la positividad natural que suele reinar en la fase ovulatoria para hacer acopio de todo lo bueno que hay en ti y en el ciclo que estás transitando en ese momento. Por ejemplo, puedes hacer listas:

  • De gratitud.
  • De todo lo que estás consiguiendo durante el presente ciclo actual.
  • De tus cualidades y de todas las características positivas que ves en ti (tanto físicas como mentales, espirituales…no te dejes nada).

Estas listas serán oro porque te ayudarán a coger perspectiva cuando tu crítico interno se haga notar en tu premen. ¡Así que asegúrate de tenerlas a mano!

Otro truco cuando tu crítico interno ataca a lo salvaje es hablar con esas personas que son tu sistema de soporte, tus “animadoras”, que sabes que te van a hacer sentir bien.

 

5. Vigila la comparación y el síndrome del impostor

 

La comparación, el perfeccionismo y el síndrome del impostor están íntimamente relacionados con el crítico interno. Piensa en qué momento de tu ciclo aparece la temida comparación y la sensación de fracaso y de “todo mal” : seguramente también sea en tu premen, ¿verdad? 

Ojo, que el hogar de tu crítico sea la premen no quiere decir que en esa semana del mes tengamos que poner la espalda para que nos machaque a latigazos. Así que si notas que se está pasando de la raya, o si sabes que suele ocurrirte, pon medidas con antelación.

Por ejemplo, si sabes que las redes sociales disparan tu ansiedad y tu tendencia a la comparación, ¿qué tal si las eliminas o limitas durante los días previos a tu regla? O si sabes que estar en ciertos ambientes hace que te empieces a comparar y a sentir mal, evítalos, especialmente durante tu fase premenstrual. No te cortes y haz lo que necesites para sentirte mejor y mantener a raya a tu crítico interno.

 

Espero que estos consejos te ayuden a cambiar tu visión sobre el crítico interno y sobre todo a gestionarlo un poco mejor. Estoy deseando saber cómo te va con estas estrategias, en qué fase del ciclo has detectado que tu crítico aparece con todo su power y cómo lo has bautizado. ¡Te leo por aquí o por Instagram!