Como ya os conté en el último post, estoy bastante enganchada a “El camino del artista”, un libro ideado con el desbloqueo creativo como única y legítima meta. Bueno, quizá lo de “única” no es un término acertado, ya que los beneficios derivados de una vida creativa saludable son innumerables: sentimiento de unidad interior, expresividad,  abundancia, salud, armonía…en definitiva, felicidad.

Pero vamos a lo que importa de verdad: este libro, creado por la prolífica artista Julia Cameron, es básicamente un curso de descubrimiento y rescate de tu propia creatividad: cada semana es un capítulo en el que se explora un tema o un bloqueo y se recomiendan una serie de ejercicios para estrujar nuestro músculo creativo.

Y aunque en general el método no tiene desperdicio, la misma Julia explica que las herramientas fundamentales para el desarrollo de una creatividad plena son dos: las páginas matutinas y las citas con el artista. De las morning pages ya hablamos la semana pasada, así que hoy nos toca abordar el apasionante mundo de las citas con el artista.

Chicas, lo siento si os habéis emocionado, pero esto no consiste en liarte con un guapo y bohemio escultor/pintor/escritor/músico. Tener una relación con un artista no es precisamente el camino para desbloquearte creativamente. La idea es más bien tener el affaire contigo misma. Regular y religiosamente.

¿Cómo que un affaire? ¿Pero qué es exactamente la cita con el artista?

 

Qué son las citas con el artista

 

Es una parte de tu tiempo reservada y enfocada sólo a alimentar a tu artista interior, a tu conciencia creativa. Pueden ser dos horas o un día entero, si puedes permitírtelo. Julia explica que, más que una obligación, la cita con el artista debe ser “una excursión, un juego que planeas y defiendes ante cualquier interferencia”. Tu cita con tu artista es un momento íntimo en el que puedes hacer lo que te de la gana, no hace falta hacer cosas sesudas o que están consideradas oficialmente “cosas creativas”. Si ir a un parque a ver a los niños jugar o hacerte un tratamiento facial son cosas que te conectan con tu esencia, hazlas. Nadie está mirando, porque a tu cita con el artista no te puede acompañar nadie: ni amantes, ni amigos, ni pareja, ni hijos ni cualquier otra clase de compañía. Solo tu y tu niño creativo interior.

“Todo niño es un artista. El problema es cómo seguir siendo artista una vez que se crece” (Pablo Picasso)

La razón de este tiempo a solas es sencilla: un artista no puede producir constantemente sin un tiempo de descanso, pues llegará un momento en que sus reservas creativas se habrán agotado.

Las personas creativas (es decir, todas las personas) tienen que tener períodos de inactividad y tiempo para no hacer nada, porque es en esos momentos donde se dejan fluir y donde suelen brotar las mejores ideas. La retirada es necesaria, como bien explica Julia:

¿A qué te va sonando más necesario eso de intimar con tu artista interior?

 

Los bloqueos más comunes al plantearte las citas con el artista

 

La perspectiva de pasar un rato haciendo lo que más te gusta seguramente te mole, pero también es posible que te resistas a tus citas semanales con el artista. Esta reacción es normal al principio, pero voy a explicarte los argumentos paralizantes más comunes para que no tengas excusa que valga:

 

No tengo dinero.

Es una de las favoritas, aunque nadie dijo que para alimentar a nuestro artista interior tengamos que gastarnos un pastón.

Piensa en tu artista como en un niño: lo que importa es pasar tiempo de calidad con él, no gastarse el dinero que no tenemos. Nuestro niño creativo quiere que pasemos tiempo con él, que lo saquemos por ahí, que nos manchemos de barro y hagamos cosas divertidas juntos. Así que el dinero no es excusa.

Me parece una tontería/una pérdida de tiempo.

Si has probado a hacer las páginas matutinas seguramente hayas descubierto su utilidad, pero puede que la cita con el artista te parezca más bien una diversión o una frivolidad.

Julia Cameron comenta que podemos imaginarnos estas dos herramientas como un par de walkie talkies: uno que transmite (las páginas matutinas) y otro que recibe (las citas con el artista). “Cuando cumples con tu cita con el artista estás recibiendo; esto es, abriéndote a tu sabiduría interior, a tu inspiración, a tu guía (…) Si crees que esto es una estupidez o que nunca encontrarás tiempo para hacerlo, considera esta reacción como pura resistencia”.

No sé qué hacer en mis citas con el artista, y por eso las evito.

Esta excusa parece un poco más rara, pero la causa que se oculta tras ella es más común de lo que parece: miedo a intimar con uno mismo. Para lograr una relación íntima con nuestra creatividad debemos dedicar tiempo y espacio a cultivarla, y si hace mucho tiempo que no la mimamos, es normal que tengamos inseguridad o incluso recelo al conectar con ella.

Julia compara esta situación con las relaciones de pareja:

“A menudo cuando mantenemos una relación problemática nos acostumbramos a evitar a nuestra pareja. No queremos saber lo que piensa por si nos duele. De modo que la rehuimos a sabiendas de que si tiene la oportunidad nos dirá algo que no nos gustará oír. Y es posible que nosotros nos estemos comportando con ellos del mismo modo, y que los dos nos miremos finalmente y digamos…pero si yo no sabía que te sentías así. Esta revelación, por inquietante que sea, nos guiará a la hora de establecer una verdadera relación en la que sus miembros se sienten libres de ser quienes son y llegar a ser quienes desean”.

¿Te suena?

El Camino del Artista, de Julia Cameron

 

 

En resumen, ¿qué es la cita con el artista?

 

–       Consiste en dedicar unas horas semanales a conectar con nuestro artista interior.

–       Las citas con el artista nos conectan con nuestra intuición, con nuestra sabiduría interior y nuestro lado creativo: son momentos para jugar y experimentar.

–       Podemos pensar en nuestro artista interior como un niño o un amante, que demanda intimidad, tiempo y espacio.

–       No tienes porqué hacer cosas oficialmente consideradas creativas o educativas: escucha lo que opina tu niño artista de vuestras excursiones.

–       Tampoco tienes que gastarte mucho dinero.

–       La cita con el artista se tiene en soledad: no vale ir con amigos, pareja y demás “intrusos”.

 

¿Eres de las que, como yo, tenía citas con el artista sin saberlo? ¿Cómo alimentas tú a tu niña creativo interior? ¡Te espero, como siempre, en los comentarios!

 

 Por cierto, si te apetece profundizar en estos temas, puedes comprar El Camino del Artista  aquí

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