Quizá oigas la palabra meditación y pienses que no es para ti. No soy yo quien obligue a nadie a hacer nada (al contrario, tú haz lo que veas y luego me cuentas), pero si la meditación es algo que te gustaría probar y los peros o las dudas te lo impiden, este artículo es para ti. 

Lo primero que haría antes de descartar una práctica tan beneficiosa sin darle (y darte) una oportunidad, es hacerme algunas preguntas. 

Primero lo obvio: ¿Has probado a meditar? 

Si probaste y no te ha encajado, ¿has pensado en cambiar de tipo de meditación o incluso de profe? (es muy importante que conectes con tu profe). 

Y la que quizá es la pregunta clave y que ha dado pie a este artículo: 

¿Por qué crees que la meditación no es para ti?

Cuando surge este tema de conversación en mi día a día, la gente suele decirme cosas como “me gustaría meditar PERO…”. El problema es que muchas veces esos “peros” vienen de ideas preconcebidas o de cosas que hemos oído por ahí y que no sabemos si son mito o realidad. 

Por eso hoy quiero ayudarte a desmentir los principales mitos que existen alrededor de la meditación. Vamos al lío. 

 

 

Mito número 1. No puedo meditar porque…soy muy nervioso

 

Vaya, ¿y para qué crees que sirve precisamente la meditación? 

Cuando alguien me comenta esto mi respuesta suele ser la siguiente: si alguien te explicara que no hace pesas porque no tiene fuerza, o que no va al gimnasio porque no está en forma, ¿qué le dirías?

La meditación es una práctica maravillosa para volver a tu centro y dominar la mente para que ella no te domine a ti. Por eso es ideal – y necesaria- para gente que por naturaleza tiene un carácter más inquieto o nervioso. 

Vuelvo de nuevo al ejemplo de las pesas: si no tiendes a ser una persona fuerte es posible que te cueste un poco más crear ese músculo, pero una vez lo consigas los beneficios se serán mucho mayores en comparación con alguien que ya tiene esa facilidad.

Por supuesto, es muy posible que si tiendes al nerviosismo o si estás pasando por una época estresante tengas que currártelo un poco más para meditar, pero los beneficios también se verán multiplicados.

Palabrita de una cuya mente va a tresmil por hora ;-)

 

 

Mito número 2. No puedo meditar porque…no consigo poner la mente en blanco


El que decidió difundir que la meditación consistía en poner la mente en blanco no sabe el daño que hizo a mucha gente, ¡y es que este es uno de los mitos más extendidos sobre la meditación!

Así que aclaremos conceptos: meditar NO es poner la mente en blanco. De hecho, tu mente no está diseñada para eso. 

Lo normal es que tu mente “produzca” pensamientos, el problema es cuando esos pensamientos se convierten en repetitivos (e incluso obsesivos) y llega un momento en el que el coco no para ni un segundo y básicamente te conviertes en tus pensamientos, que te dominan y estresan y vives con la sensación de que no hay nadie al volante.

Y eso no puede ser. 

 

¿Qué es entonces la meditación?

 

Según Patanjali, la meditación consiste en “el cese de la identificación con las fluctuaciones de la mente” .

¿Y esto qué quiere decir? Pues que el flujo de pensamientos no se puede detener, como mucho se puede ralentizar, y el éxito viene cuando dejamos de identificarnos con estos pensamientos. 

Tu mente siempre estará ocupada, ¡es su trabajo! Sin embargo, el tuyo es tomar el control de tu mente para que esta funcione a tu servicio (y no al revés, que es lo que suele pasar). El objetivo no es por tanto impedir que la mente haga su trabajo, sino observar y ajustar su proceso.

Así que en lugar de forzarte a conseguir algo tan antinatural como poner la mente en blanco, quizá te ayude intentar limitarte a observar los pensamientos como quien ve pasar las nubes. Es decir, prueba a observar los pensamientos que van surgiendo sin identificarte ni “engancharte” en ellos. Y me cuentas qué tal :-) 

 

 

Mito número 3. No puedo meditar porque…no tengo tiempo


Este argumento me lo conozco a la perfección porque soy la primera que lo ha usado. Por eso sé que incorporar la meditación en tu vida no es cuestión del tiempo en sí del que dispongas, sino de crear el hábito y tomarlo como una prioridad, como algo que quieres hacer para ti. 

¿Estás segura de que no tienes 10 minutos al día?¿Ni siquiera 3 para hacer una breve meditación?¿No será que prefieres pasar esos 10 minutos haciendo otra cosa, o que simplemente no se te ocurre emplearlos para meditar porque no tienes la costumbre? 

Ojo, no quiero hacerte sentir mal. Al contrario, te entiendo perfectamente porque yo misma me he dicho a mi misma todas estas cosas en algún momento. 

El tiempo se encuentra para las cosas que realmente queremos hacer. Y aunque es normal que al principio cueste, una vez que vas notando los beneficios de la meditación, esta se va convirtiendo en una prioridad. 

Y si sigues pensando que realmente no tienes tiempo…hay un dicho que me da mucha rabia cuando estoy muy liada, pero sé que es bueno precisamente por eso: 

«Si tienes tiempo, medita 10 minutos, si no tienes tiempo, medita 1 hora».

Dicho esto, para que el hábito que quieres establecer tenga éxito, es importante que te comprometas con algo realista. Así que si estás muy liada es mejor hacer 3 minutos de meditación antes de ponerte a trabajar, por ejemplo, que comprometerte con media hora y dejarlo a los dos días. ¡Póntelo fácil!

Por cierto, hablando de tiempo: el tiempo necesario para que una práctica se convierta en un hábito son 21 días. Así que si te agobias piensa que los 21 primeros días son los peores ;-) 

 

 

Mito número 4. No puedo meditar porque…la meditación es para hippies o para gente muy espiritual


Es cierto que cuando el yoga y la meditación llegaron a Occidente, estas enseñanzas calaron mucho en el movimiento hippie. Pero hoy en día y por suerte, la sociedad ha evolucionado mucho en ese sentido y el yoga y la meditación están mucho más extendidos. 

De hecho, los grandes líderes y las personas más exitosas del mundo meditan. Estoy hablando de gente del level de Oprah Winfrey, Bill Gates, Michael Jordan o George Lucas, que te pueden caer peor o mejor pero no cabe duda de que algo saben sobre manejar sus vidas, digo yo. 

(Por cierto, ya que estaba me ha picado la curiosidad y he aprovechado para hacer una búsqueda de famosos que practican kundalini yoga. Me salen nombres como Madonna, Miranda Kerr, Russell Brand, Kate Hudson, Alicia Keys o Steve Jobs). 

Y en cuanto a la espiritualidad, es cierto que la experiencia meditativa está asociada a una experiencia espiritual porque elimina todo lo superfluo y te conecta con tu ser. Digamos que pone el foco donde hay que ponerlo para vivir una buena vida. También es cierto que la meditación es una puerta de entrada y un catalizador de estados de conciencia más elevados. 

Pero si estos temas no te interesan tanto, también puedes empezar a meditar por los beneficios directos que esta práctica tiene en tu mente, en tus niveles de estrés, en tu estado de ánimo y en tu calidad de vida en general. 

De hecho, me atrevo a decir que, como le ocurre a mucha gente, puede que empieces a meditar persiguiendo los beneficios más “racionales” y te enganches por los beneficios más “espirituales”. Pero eso ya me lo contarás cuando te pase ;-) 

 

Mito número 5. No puedo meditar porque…la meditación solo es una moda/no sirve para nada


Dudo que pienses que la meditación no sirve para nada (porque en ese caso, ¿qué haces aquí? jaja). Pero lo que sí que es cierto es que la meditación está de moda. Y con la bola de cristal en la mano me atrevo a decir que es una tendencia que no se va a ninguna parte, y de hecho irá a más. 

Lo bueno de las modas es que difunden lo que sea que esté de moda en la sociedad, y vivimos en una sociedad que necesita más que nunca calmar la mente y regenerar el sistema nervioso. Necesitamos meditar mucho más de lo que lo necesitaban los que empezaron a meditar hace miles de años. 

Que la meditación es brutal ya se sabe desde hace siglos, pero últimamente la ciencia también se ha interesado especialmente por esta práctica: en la última década se han realizado numerosos estudios que subrayan los efectos positivos de la meditación en cuerpo y mente. 

Por ejemplo, un estudio reciente de la Universidad de Harvard sugiere que la meditación regular puede alterar de forma beneficiosa el estado mental de los pacientes con depresión severa. A través de la meditación, los pacientes aprenden a escuchar su cuerpo y esto les ayuda a desconectarse de los pensamientos negativos sobre sí mismos.

También hay estudios sobre los beneficios de meditaciones clásicas de la tradición de Kundalini Yoga (que es la que practico y enseño yo principalmente) como Kirtan Kriya (tienes más información en este artículo)

La verdad es que me encanta cuando Oriente y Occidente llegan a las mismas conclusiones. ¡Ojalá veamos mucho más de esto en un futuro próximo! 

 

Mito número 6. No puedo meditar porque…¡no me gusta!

 

Vamos a dejar las cosas claras. Meditar no tiene porqué apasionarte (aunque si te gusta pues mira, eso que te llevas). Meditar es una actividad que haces por ti, para cuidar tu mente, para reorganizar tu energía, para darle un respiro a tu sistema nervioso y sentirte mejor en consecuencia. 

Es decir, que la meditación puede gustarte tanto como comer brócoli, lavarte los dientes o hacer sentadillas: seguro que hay gente que disfruta estas rutinas saludables, pero si nos guiamos por el puro hedonismo la mayoría de los seres humanos preferimos comer chocolate y ver pelis en el sofá. 

Aún así comemos brócoli, nos lavamos los dientes y nos movemos todo lo que podemos porque sabemos que es bueno para nosotros. 

Aunque por supuesto que hay gente que disfruta meditando, este me parece otro de los grandes mitos que rodean a esta práctica: meditar es un entrenamiento para tu mente, y como tal va a costarte (sobre todo al principio), puede tener momentos duros o muy intenso y seguramente tu mente intentará disuadirte para hacer otras mil cosas más antes que meditar. 

Esto no quiere decir que no puedas tener experiencias deliciosas meditando. Disfrutar estas prácticas es totalmente posible. Simplemente quiero decirte que si no es tu caso tampoco eres un bicho raro, ni deberías rendirte solo por eso. 

Además, deja que te confiese una cosa: cuando vayas cogiendo práctica y empieces a experimentar todo lo bueno que la meditación puede ofrecerte, tu perspectiva irá cambiando. Al fin y al cabo, la meditación no deja de ser un entrenamiento para el músculo que es tu mente, y con el entrenamiento todo se vuelve más fácil. 

 

Espero que este artículo te haya servido para abrir los ojos y derribar los mitos más comunes en torno a la meditación. Me encantará leer tus reflexiones en comentarios y que me cuentes qué creencias tenías sobre la meditación antes de leer este artículo.

P.D. Si después de leer esto estás motivado para empezar a meditar, ¡estás en el sitio ideal! Aquí tienes algunos recursos que te pueden ayudar:

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